lunes, 21 de septiembre de 2015

'2013: Rescate en L.A. (Escape from L.A.)' (John Carpenter, 1996)


Snake is back. John Carpenter regresa con una nueva aventura acompañado por uno de sus personajes más recordados: Serpiente Plissken. Caracterizado por el intratable Kurt Russell, Snake vuelve con ganas de aventura macarra, irreverente y cutre donde las haya, pero con sabor a Carpenter y esa energía que incuba a sus siempre entretenidos filmes. 

Surfeando, volando en aeroplano, jugando al basket o subido en una Harley-Davidson, el carismático protagonista de estilo retro con parche en el ojo, hará las delicias de los fans más acérrimos de su personaje con una interpretación excesiva hasta límites insospechados. 

Un terremoto ha devastado Los Ángeles, dejando un futuro distópico y gobernado bajo la tiranía de un presidente autoritario mientras la pequeña L.A. se convierte en una pequeña urbe de hostilidad encabezada por Cuervo Jones, un revolucionario peruano que intenta sembrar el terror en el planeta. Snake, tachado como ciudadano indeseable, se verá implicado en el conflicto con una misión contrarreloj para salvar el mundo y su propia vida. 

El guión simplemente no existe, es un batiburrillo de situaciones excéntricas y llevadas a la exageración para un entretenimiento de lo más elemental. Y eso es lo que busca y consigue Carpenter, divertir. Los efectos especiales "cantan", pobretones en todos los sentidos. La narración es lo más parecido a un videojuego que te puedes encontrar: un número de misiones de acción y más acción, batalla épica acompañado de tus aliados contra el jefe final y la despedida de Snake. La música vuelve a correr a cargo del maestro Carpenter, muy adecuada y repleta de sintetizadores. 

Conserva el tono mordaz y de humor irónico tan representado en las obras del director, homenaje a los clásicos de la acción con toques de crítica social. Desmesurada y corrosiva, plagada de escenas de acción cutre, posee el encanto que nos brindó con 1997: Rescate en Nueva York pero un peldaño por debajo en cuanto a calidad y originalidad.




"Llámame serpiente." Snake Plissken


Valoración: [5/10]     
★★★★★★★




Paco Garrido

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Con una secuencia inicial que parece sacada de un film de Emmerich, "2.013: Rescate en L.A.", más que una secuela, es una revisión, paso a paso, de su predecesora, reemplazando New York por Los Ángeles y al presidente por una especie de potente arma ("Espada de Damocles") capaz de activar una serie de satélites que dejan inservible cualquier aparato electrónico del planeta. Esta revisión se diferencia de la original en que está completamente enfocada desde la parodia (más bien autoparodia), lo excesivo y lo esperpéntico, con Carpenter riéndose de sí mismo y su obra.

    Por mucho que haga hincapié en el fanatismo religioso, la corrupción política o la forma de vida podrida y artificial de los privilegiados, la ficción tétrica, amarga, sucia y negra de "1.997" es ahora un "western" lúdico cargado de acción y efectos especiales y repleto de aparatitos electrónicos (que si hologramas, realidad virtual, ordenadores ultramodernos, ciberespacio, virus de diseño...) que escapan a la primitiva mente del protagonista, quien queda reducido a una patética versión de sí mismo. Desmitificación y demolición del personaje, su versión mejorada, más guay: ¡Plissken 2.0!
    Todo lo que no podía hacer lo hace aquí, pero eso no significa que vaya a quedar bien. Se me derriba un mito cuando lo veo en lo del desafío del baloncesto, haciendo el juego de la lata, volando en ala delta y...¡surfeando! ¿Qué se les pasó por la cabeza a Carpenter y Russell para ridiculizar de ese modo al que fuera uno de los más grandes anti-héroes del cine? Ahora Plissken es un Bond futurista (McClane pasó por lo mismo en la segunda entrega de "La Jungla"), un madelman con sus complementos, y nada tiene que ver con su "yo" de 1.981. Para más inri, la famosa frase que le decían, "Creí que estabas muerto" es sustituida por "Pensaba que eras más alto". Pura parodia, todo es pura parodia...y no bien hecha.

    Nos cambian al imponente Isaac Hayes y su Duque por un Georges Corraface a lo Guevara que se cree el más grande. Al emblemático taxista que interpretaba Ernest Borgnine por un Steve Buscemi enervante. A la misteriosa Season Hubley por una Valeria Golino excitante, sí, pero de lo más innecesaria. Al magnífico Donald Pleasance y su cínico presidente por un Cliff Robertson demasiado repelente. Al apático y brillante Lee Van Cleef por un asqueroso Stacy Keach. Y, en el colmo del despropósito, a Harry Dean Stanton y su "Cerebro" por una Pam Grier transexual que también colaboró con Plissken en un robo y le dejó tirado.
    Los conocidos Michelle Forbes, Bruce Campbell, Robert Carradine y Peter Fonda completan el reparto, junto al habitual del director, Charles Cyphers, que no aparece acreditado (lo que no me extraña, porque, ¿quién quiere pertenecer a esta basura de película donde los esperpénticos personajes van soltando una gilipollez detrás de otra gilipollez y donde cada secuencia es más ridícula que la anterior hasta ese final supuestamente denunciante el cual no es sino un calco a gran escala (literalmente) del final de la de 1.981?).

    Se salvan algunas simpáticas ocurrencias y la canción del principio (revisión cañera de la original). Lo más increíble es que el propio Carpenter llegase a admitir que "2.013" era mucho mejor que "1.997" ("diez veces mejor", dijo), dejando muy en entredicho su salud mental.

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