sábado, 26 de julio de 2014

Crítica: 'Los Mercenarios 3 (The Expendables 3)' (Patrick Hughes, 2014)


Vuelven los héroes del cine de acción de los 80 y 90 encabezados con el incombustible Sylvester Stallone (Rambo, Rocky, Demolition Man...) y el equipo titular compuesto por Jason Statham, Dolph Lundgren, Terry Crews, Randy Couture y Arnold Schwarzenegger, en una nueva entrega de su guerrillera saga cinematográfica donde el punto más peculiar y atrayente es ver a todos esos actores tan populares en nuestros tiempos mozos juntos en pantalla. El fichaje estrella de esta tercera parte será Weslie Snipes, recién rescatado por el grupo de mercenarios de una cárcel (sirva como guiño con su historia real), que después de más de una década entre rejas sigue en plena forma y preparado para dar el callo junto a los demás. Una de las escenas más destacables del film es un monólogo de Snipes, francamente bueno. Se caen de la lista algunos iconos como Chuck Norris o Bruce Willis, que esta vez no los veremos formar parte del equipo, y caras nuevas menos populares como Kellan Lutz (saga Crepúsculo) o la luchadora de la UFC Ronda Rousey

Vayamos con tres de las nuevas incorporaciones con más renombre: En primer lugar Mel Gibson, el flamante nuevo villano llamado Stonebanks que tras descubrirse como el cofundador del grupo de mercenarios junto a Barney y ahora unas de las personas más peligrosas del planeta, este último intentará acabar con él de una vez por todas. Harrison Ford tendrá un pequeño papel pero esencial para el devenir de la trama, con su sola presencia en pantalla nuestras expectativas nostálgicas se elevan hasta el infinito. Por último, el patrio Antonio Banderas en un personaje adaptado a él, es decir, muy sobre actuado. Sus chistes son penosos y su personaje cansino denota el tono humorístico que genera entre tanto músculo (ojo con su referencia a la legión española). Encima, su primera aparición en pantalla está interpretada por un doble. Su amistad con Sly ha sido el detonante definitivo para estar entre ellos porque no pega ni con cola...

El guión es similar a lo que hemos vivido en las dos primeras entregas, dividido en misiones donde derrocar a los malvados de turno y en el que todo gira en torno a limpiar al jefazo, en este caso el retorcido Stonebanks, interpretado por Gibson. Ofrece lo que el espectador quiere busca, acción y más acción, extravagantes efectos de demolición y estallidos por doquier, ritmo frenético que no admite ni un minuto de respiro al público y unos actores que se compenetran perfectamente ofreciendo lo mejor de ellos en conjunto. Los dilemas morales aparecerá dentro del equipo de veteranos, tras la sensible baja de César (Crews) en una escaramuza, dando pie a la renovación tanto táctica como humanitaria dentro del grupo. Las nuevas tácticas armamentísticas se mezclan a la perfección con las antiguas, demostrando que tanto lo moderno como lo añejo es compatible y lo que prima es lo efectivo. 

Algunas líneas de diálogo han perdido el sórdido y afilado sentido del humor que contenían anteriormente, en cambio, otros aspectos más dramáticos se ha profundizado como la vejez, la amistad o la muerte. La metáfora de las cadenas de los "hermanos de sangre" caídos en la batalla y el tintineo que siempre las acompaña es para quitarse el sombrero. Técnicamente está a la altura, con una fotografía bien definida y efectos especiales y de sonido abrumadores. Pierde intensidad en el tramo de presentación de los nuevos reclutas, que a su vez tienen mucho menos carisma y no tienen el tirón de los míticos Stallone o Ford. La repetición de situaciones es obvia y lo más reprochable que podemos sacarle al film, además de todas las penurias argumentales que se le pueden recriminar y que se pasarán por alto porque el espectador que va a ver 'Los Mercenarios' ya sabe lo que quiere, y este grupo de actores sabe cómo dárselo.




El viejo equipo es indestructible. El viejo equipo es el que te saca las castañas del fuego. El viejo equipo es el que nos gusta. El viejo equipo sigue estando en forma. El viejo equipo será eterno...
Los fans tendrán todo lo que buscan, acción sin descanso, frenetismo a tope y mucha testosterona desbordante acompañada de una tercera reunión de sus ídolos del pasado en plena forma para seguir repartiendo estopa en pantalla a pesar de muchas carencias argumentales o de dirección que pueden ser reprochables. Siguen estando en plena forma, por eso nos gustan tanto estos tipos. 


Valoración: [6/10]
★★★




P. Garrido

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