miércoles, 19 de marzo de 2014

Crítica | LA PARADA DE LOS MONSTRUOS (Freaks) (Tod Browning, 1932)


'La parada de los monstruos (Freaks)' (Tod Browning, 1932)


"Definirla simplemente como una obra maestra del cine "freak" sería menospreciar claramente la lacerante humanidad del filme." Ed González, Slant Magazine, 2003.




Desde su concepción incial como película de terror perturbadora que superaría todas las expectativas de la época hasta una propuesta de cinta vanguardista como obras de Luis Buñuel (El ángel exterminador, Los olvidados, Un perro andalúz...), el magistral film de Tod Browning (Drácula, Garras Humanas...) ha pasado por las categorías de terror, ensayo, arte y documental. Este último por debido a su realismo, ya que se filmó con "monstruos de verdad". Todos y cada uno de los actores "freaks" que aparecen en el largometraje son definidos con ese aspecto real, sin efectos especiales ni disfraces que conviertan en monstruosidades a esa persona. A pesar de su originalidad y diseño, sigue siendo una película que está en la cúspide de la historia del cine gracias a su intratable crítica al lado más ennegrecido y oscuro de la humanidad, la diferencia social y física.

La película fue prohibida durante treinta años en Reino Unido y el director fue acusado de explotar a sus actores. Unos actores deformes que son una de las cualidades más sorprendentes del film. Al hacer el reparto de papeles Browning se encontró ante la mayor aglomeración de monstruos profesionales jamás reunidos que querían salir en la película. Todos los entresijos del circo ambulante clásico están bien caracterizados durante el desarrollo de esta amarga historia. Desde enanos, el forzudo, la trapecista, la mujer barbuda, el payaso, hombres sin piernas, sin brazos y hasta algunos sin ninguna extremidad que tiene que arrastrarse como las serpientes. Toda esta cantidad de fauna actuando de manera realista en su máximo esplendor. 



El comienzo presenta a un pregonero anunciando el ser más horrible del mundo, varias mujeres gritan de horror al ver esa monstruosidad, que el espectador conocerá más tarde. El ser más horrible por fuera también puede llegar a serlo por dentro, pues es una característica que ha definido al ser humano desde el momento de su creación. La atractiva protagonista de la trama trabaja en el circo como trapecista, siendo el objeto de deseo de todo ser viviente por su belleza. Amante del forzudo de la atracción, entre ambos intentan beneficiarse de la herencia obtenida por un enano enamorado de ella. Ambos conjeturan un plan para eliminar al enamoradizo enano y así conseguir su ansiado dinero, sin contar con la inescrutable ley del monstruo que dará un vuelco a la historia...

Encontraremos escenas inolvidables, como la ceremonia nupcial de Cleopatra y Hans, que es a la vez un ritual de iniciación "monstruoso", donde ella hace un desaire a los monstruos reunidos en el que desembocará en un giro dramático y terrorífico. técnicamente es una maravilla para la época en la que está rodada, con una fotografía y un realismo insólito. Además de la carga dramática nos encontraremos con dosis de thriller y auténtico terror, sobre todo en los últimos compases de la cinta. El único punto flaco lo encuentro en que al principio parece una simple pasarela de monstruosidades en pantalla, poco destacable negativamente en el global de la obra.




Una historia de inhumana diferencia social, venganza, valores, amistad y dramatismo que engarrotará el cuerpo del espectador cuando descubra su terrorífico y esclarecedor desenlace. Uno de los mejores finales que recuerdo. Una película alarmante pero profunda, cargada de escenas inolvidables que hay que ver para creer. Quizá el film más notable del director de la versión original de 'Drácula' (1931). 


Valoración: [8/10]     
★★★★★★★



Paco Garrido

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